¿Piensas que el kickboxing, el boxeo o el Krav Maga son solo para machotes llenos de testosterona? Pues no, amig@, estás más perdid@ que un pulpo en un garaje. En nuestro gimnasio, lo único que nos importa es que vengas tal como eres. Aquí no existen excusas del tipo «no estoy en forma» o «nunca he hecho esto antes», porque nuestras clases están diseñadas para todos los cuerpos, todas las habilidades y, si es necesario, para lidiar con tus excusas también. ¡Así es la verdadera inclusividad!
De 6 a 60 (o más), aquí tod@s son bienvenid@s
No importa si tienes 6 o 60 años, en nuestro gimnasio siempre hay un hueco para ti. Los más pequeños pueden empezar a canalizar su energía en algo más productivo que saltar por los sofás, mientras que los mayores pueden ponerse los guantes y disfrutar de una clase adaptada a su ritmo. ¿Te preocupa que tu hij@ no pare quieto ni un segundo? Genial, tenemos clases para eso. Y si eres de los que no ha hecho ejercicio desde que Ricky Martin era tendencia, tranquilo, también tenemos un plan para ti.
No necesitas ser Rocky Balboa, pero te sentirás como él
Aquí no te pedimos que llegues al gimnasio con el cuerpo de un espartano o que puedas correr 10 km sin sudar. Para eso está Google, con miles de tutoriales imposibles. Nosotros nos encargamos de que, independientemente de tu forma física, puedas entrenar a tu ritmo. ¿Que llevas años abrazado al sofá? No pasa nada, todos empezamos en algún lugar (y más de uno empezamos ahí). En nuestras clases, lo importante es que sigas moviéndote, incluso si te tomas una pausa para respirar.
Diversidad en movimiento y en personas
No somos todos iguales, y ¡qué bueno! Algunos nacen con flexibilidad de bailarín de ballet, y otros, bueno, somos más bien como una tabla. Aquí no pasa nada, porque nuestras clases están diseñadas para todos: flexibles o rígidos, fuertes o novatos. Si quieres probar Krav Maga pero sientes que no eres el más ágil del barrio, no te preocupes, aquí no necesitas ser Bruce Lee. Vamos paso a paso y nos aseguramos de que todos tengan el apoyo necesario para aprender. Eso sí, lo que no aceptamos es que te tires al suelo como si te hubiera noqueado un oso en tu primera clase.
Cuando decimos «todos», lo decimos en serio
Nuestro orgullo es que aquí no importa tu edad, género, condición física o nivel de experiencia. Si tienes una lesión o una limitación física, eso no te deja fuera del tatami. Nos especializamos en adaptar ejercicios para que todos puedan participar sin sentir que están «fuera de ritmo». Aquí, la única norma es que te muevas a tu manera. Y si necesitas hacer un ajuste, ¡genial! El único «no puedo» que aceptamos es cuando se te olvidan los guantes. Y ni con esas porque te los prestamos 😂.
La mayor pelea es contra las barreras mentales
El mayor obstáculo que la mayoría tiene al empezar una clase de deportes de contacto no son los puñetazos o las patadas. Es esa vocecita interna que te dice «no estoy preparad@» o «me veré ridícul@». A esa voz, le decimos que se calle. Aquí no importa si terminas la clase sudando como si hubieras corrido un maratón o con el cardio de una tostadora. Lo que importa es que diste el paso y te moviste. Y, sinceramente, eso ya es ganar la mitad de la batalla.
Conclusión: Clases inclusivas, sudor garantizado
Sea quien seas, con el cuerpo que tengas y el nivel que manejes, nuestras clases están diseñadas para hacerte sentir bien, empoderad@ y, sí, algo sudoroso. Al final del día, lo que queremos es que disfrutes, te sientas más fuerte y, por qué no, te lleves alguna que otra buena historia para contar. Aquí, el único requisito es que vengas con ganas de moverte. Todo lo demás, lo ponemos nosotros.